lunes, 18 de febrero de 2013

La Defensión se pasea gloriosa sobre el paso del Sto. Crucfijo

 El pasado sábado Jerez vivió un acontecimiento increíble con una estampa irrepetible. En dicha localidad se celebró el Vía Crucis Oficial de Hermandades y Cofradías que en esta ocasión estuvo presidido por el Santísimo Cristo de la Defensión. El mismo fue trasladado hasta la Santa Iglesia Catedral en un paso procesional, no en el suyo que es de todos en caoba, oscuro, sino que lo hizo en el que procesiona el Santo Crucifijo de la Salud cada Madrugada del Viernes Santo. Un paso completamente distinto al que se puede ver cada Martes Santo desde Capuchinos. Un paso dorado, con candelabros de guardabrisas que contrastaba a la perfección con la imagen del Cristo de la Defensión.
El cortejo lo abrió un muñidor acompañado de cuatro servidores vestidos de libreas que portaron los símbolos de la Fe. Además, precedieron a la cruz de guía cuatro parejas de hermanos con cirios y acólitos revestidos de dalmáticas rojas con incensarios. En el cortejo se integraron también la bandera del colegio de la Compañía de María y el guión castrense, figurando igualmente representaciones de unos estamentos vinculados de modo singular a la Hermandad de la Defensión. Detrás del estandarte corporativo se situaron los hermanos más veteranos de la cofradía, ex hermanos mayores y miembros del Consejo local de la Unión de Hermandades.
Precediendo al paso, una cruz conventual marcó el camino de los doce ciriales que pretendieron representar a los apóstoles, que fueron los primeros transmisores de la Fe. Tras ellos, cuatro incensarios y el conjunto músico-vocal San Pedro Nolasco, que durante todo el recorrido interpretó cantos gregorianos, salmos y motetes alternados con polifonía barroca. Entre esas piezas destacó la marcha Cristo de la Defensión de Abel Moreno
El paso lució un curioso exorno a base de eucalipto y cardos, en tonalidades verdes, salpicado con algunos lirios, en lo que sin duda se antoja ya una estampa irrepetible. Detrás del crucificado se dispuso un cortejo litúrgico integrado por catorce acólitos revestidos de sotana negra con sobrepelliz blanco, que trataron de evocar las catorce estaciones del Vía-Crucis.
El único pero de este traslado y rezo del Vía Crucis fue que el crucificado padeció un leve percance que provocó el desprendimiento de dos de los dedos de su mano derecha. En el interior de la Catedral, al filo de las siete de la tarde se procedería al rezo y meditación de las catorce estaciones del Vía Crucis. El resto transcurrió sin problemas y al filo de las 22h, el Cristo de la Defensión volvió a su templo de Capuchinos. Para llevar a cabo esta pequeña restauración, la imagen ha sido retirada del culto al que se prevé que vuelva el próximo jueves.

No hay comentarios:

Publicar un comentario